El plan financiero es un concepto poco conocido pero crucial para que una empresa sobreviva. Uno de los aspectos más difíciles a la hora de crear una empresa es la inversión. Puedes intentar convencer a inversores y capitalistas de riesgo, pero si eres nuevo en el mundo empresarial, tus posibilidades de conseguir financiación a través de estos canales son más bien escasas. También puedes hablarlo con tu banco, e incluso con tu familia y amigos para ver si pueden prestarte fondos, pero suele ser una batalla cuesta arriba.

Crowdlending y plan financiero: ¿qué debe hacer un empresario novel?

La mejor opción para ti quizá sea el crowdfunding. Puedes iniciar una campaña de crowdfunding para solicitar la financiación que necesitas y autentificar tu idea en el proceso. Sin embargo, no subestimes esta propuesta. Las campañas de crowdfunding requieren mucho trabajo, si realmente quieres emprender y estás dispuesto a invertir la energía y el tiempo necesarios para respaldar tu proyecto de startup.

El crowdlending ha supuesto un cambio significativo en la forma en que los emprendedores estiman y dan a luz sus productos. Al igual que el móvil o smartphone ha puesto la comunicación y la tecnología al alcance de todos, el crowdlending ha puesto la inversión y la financiación en manos de las masas.

plan financiero

El primer fracaso: siempre puedes volver a intentarlo

El fracaso en crowdfunding es la oportunidad de aprender de él. Es decir, entender por qué fracasó. Esto podría proporcionarte las lecciones que necesitas para hacer modificaciones de cara a tu próxima campaña. Tanto en el modelo de negocio como en el plan financiero.

De este modo, cada intento te proporcionará información y datos muy valiosos y prácticos en el mundo real. La posibilidad de aparecer en una plataforma de crowdfunding que recibe cientos de miles de visitantes cada mes te dará un índice de exposición muy bueno aunque la cosa no acabe bien.

Este público compartirá sus comentarios y te ayudará a orientar el diseño de tus futuros productos. Debes entender que no se trata sólo de dinero; tu crowdlending puede ayudarte a encontrar futuros clientes, a empezar a crear una base de fans y a validar el producto.

Establecer objetivos de crowdfunding realistas y alcanzables

Se podría pensar que cuanto más dure una campaña de crowdfunding, más dinero se recaudará. Según Kickstarter, las estadísticas muestran que un alto porcentaje de la financiación llega durante los primeros días de la campaña. Siempre sigue una calma, seguida de otro pico en los últimos días de la campaña de crowdfunding.

Si fijas tu campaña en un mes, reducirás la pausa entre el pico inicial y el pico final de financiación. Muchos emprendedores tienen la tentación de sobrestimar la inversión que necesitan para poner en marcha su proyecto. Esto se debe a que probablemente nunca han hecho la investigación adecuada para determinar cuáles serán los costes necesarios para la puesta en marcha. Así que, antes de poner en marcha su negocio, lleva a cabo la investigación necesaria y plásmalo en tu plan financiero.

En él, infórmate sobre los costes reales y consigue cifras tangibles. Este proceso te ayudará a establecer objetivos de financiación alcanzables y más realistas.

El empresario y el dinero: el por qué del plan financiero

No subestimes las necesidades de las finanzas corporativas de una empresa joven, y no esperes a que se produzca una emergencia para encontrar fondos. ¿Significa esto que la creación de empresas está reservada a los ricos? No, por suerte no es así: capital, préstamos personales, préstamos bancarios, capital riesgo, etcétera. Los dispositivos financieros permiten a cualquier joven dirigente apoyar el crecimiento de una nueva empresa.

No subestimes las necesidades al principio

Un empresario novel suele ser optimista y evalúa sus necesidades financieras al mínimo, reduciendo a menudo sus necesidades de inversión iniciales en un plan financiero. En el caso de las empresas de servicios, en particular, éstas son limitadas. Sin embargo, hay que recordar que la apuesta inicial es la principal fuente de financiación que tendrá la empresa hasta alcanzar su punto de equilibrio.

Es habitual y casi normal que la empresa registre pérdidas durante sus primeros meses o incluso años de funcionamiento. Eso con indiferencia de cómo se administre el negocio. Las pérdidas reducirán los “fondos propios” de la empresa (el capital más la agregación de resultados de cada año). El capital inicial debe tener en cuenta estas pérdidas, que no serán financiadas por los bancos.

Además, es esencial tener en cuenta la necesidad de capital circulante. Se trata de la financiación de las existencias y del dinero adeudado por los clientes (2 meses de ventas en teoría, hasta 6 si el cliente es el Estado). Del mismo modo, es bastante difícil financiar esta necesidad en capital circulante; existen algunos dispositivos, como el factoring, pero son peligrosos porque el banco puede suspenderlos en cualquier momento. Por lo tanto, es necesario prever estas necesidades desde el lanzamiento de la empresa en el plan financiero.

Por último, al estimar las necesidades de financiación, es mejor prever un presupuesto inicial para comunicación y publicidad; un gasto que no se contabilizará como inversión, aunque lo sea. A esto hay que añadir un margen de seguridad para que un riesgo de vida de la empresa como un robo, un impago o un litigio no la desestabilice.

El capital como arma de comunicación

Una vez que el creador ha estimado estas necesidades, ¿cómo financiarlas?

En primer lugar, tienes que poner dinero de tu patrimonio personal en su empresa; es el capital. Una vez invertido, este dinero nunca se recuperará. O bien la empresa será rentable, y el creador podrá recibir dividendos; o bien desaparecerá, y el creador perderá lo que invirtió. Así son las reglas del juego en los negocios, y quienes participan las asumen.

El capital es un arma de comunicación financiera. Les dice a los bancos que “esto es lo que estoy dispuesto a apostar por esta empresa”. Por consiguiente, los bancos no prestarán más de esta cantidad al principio de la vida de la empresa. Además, el importe del capital inicial figurará en todos los documentos oficiales de la empresa; es decir, “esto es lo que pesa esta empresa” de cara a los interlocutores externos, clientes, proveedores, empleados, socios.

En esta fase hay muy buenas noticias: el Estado subvenciona al empresario en un 25 %; de hecho, una cuarta parte de lo que el fundador (o sus familiares) invierten en el capital de las pequeñas empresas se deduce del importe de su impuesto sobre la renta. Es posible abonar este dinero a lo largo de varios años para aprovechar al máximo este dispositivo tan interesante.

Si los bienes propios no bastan para reunir el capital necesario, el fundador puede pedir dinero prestado a un banco, a título personal, pero los bancos exigirán una garantía. Por otra parte, existen préstamos sin garantía, conocidos como “préstamos de honor”, que se conceden a los empresarios a través de asociaciones. Estas redes apoyan los proyectos que parecen prometedores para el futuro, valorando menos el “plan de empresa” que la personalidad del creador.

Endeudarse ahora mismo

Al principio del negocio, cuando se invierte el capital, no hay que dudar en solicitar un dinero a los bancos sin esperar. Existen sistemas de apoyo al crédito para empresarios que no pueden utilizarse más tarde. En particular, el préstamo para crear una empresa: un préstamo totalmente garantizado por el Estado, que se supone que ofrecen todos los bancos. Va acompañado de un crédito bancario “clásico”, parte del cual también está garantizado por el Estado.

Este crédito puede utilizarse para inversiones materiales, como muebles, ordenadores o una herramienta de producción. De hecho, los bancos prefieren financiar este tipo de gastos antes que inversiones inmateriales, o la necesidad de capital circulante. Sólo necesitas un plan de empresa y un plan financiero.

Aunque el uso del crédito no parezca necesario a primera vista, las condiciones del crédito creativo son más fáciles que en los primeros años de la empresa, sobre todo si arrojan pérdidas. Además, también se puede tener en cuenta que los intereses de los créditos son deducibles del resultado imponible de la empresa; por lo tanto, es fiscalmente ventajoso financiarse con la deuda.

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Durante los primeros intercambios con el banco, es probable que éste pida una garantía solidaria al gerente. Es decir, el gerente se compromete personalmente a reembolsar al banco si la empresa ya no puede hacerlo. Esto significa que el fundador compromete su patrimonio más allá del capital de la empresa. Las garantías solidarias parecen inevitables en muchos casos. 

Por otra parte, es necesario negociar las condiciones: no debe comprometer al cónyuge del fundador; debe limitarse al importe de los créditos que no tienen garantía del Estado; el importe debe disminuir cada año cuando se reembolse el crédito.

Por desgracia, los bancos no luchan por tener como clientes a los fundadores de empresas. Muchos de ellos simplemente se niegan a abrir cuentas de empresa. Para ellos, se trata de una clientela de riesgo, aunque los créditos iniciales estén garantizados como hemos mencionado anteriormente. Sin embargo, un socio bancario que comprenda el plan de empresa y el plan financiero es una baza indispensable para el fundador. 

Socios bancarios en el plan financiero

En esta fase, el acompañamiento de los fundadores en redes (incubadoras, viveros de empresas, redes de emprendedores…) les permite tener más peso para negociar con los bancos.

Más adelante en la vida de la empresa, es útil contar con un segundo socio bancario. En efecto, las condiciones y los servicios propuestos pueden evolucionar, y será útil para el creador comparar la oferta de varios bancos.

En resumen, podemos tomar el ejemplo de un proyecto empresarial que requería 30,000 $ de inversión inicial, más 40,000 $ para la financiación de las pérdidas de los dos primeros años, y 30,000 $ para la necesidad de fondos. facturación y los riesgos de la vida de la empresa; o 100k $ de necesidad total de financiación.

Este proyecto se financió con 30k $ en aportaciones de los fundadores, 40k $ en el préstamo de honor, 8k $ en préstamos para la creación de empresas, 22k $ en préstamos bancarios, garantizados al 50% por el Estado. y una garantía solidaria del gerente por el 50% restante. La empresa así financiada alcanzó el punto de equilibrio al cabo de 3 años con un volumen de negocios de 700k $.

La tesorería del plan financiero es la vida

Cuando el empresario ha movilizado su financiación y sabe cómo empezar un negocio, la empresa puede ponerse en marcha. Todos los gastos, proveedores, nóminas, impuestos, se pagarán con una única fuente de ingresos: los clientes. Encontrar clientes será probablemente la misión más importante del creador durante estos primeros años. El volumen de negocio será el indicador del progreso y el éxito de la empresa a largo plazo.

Los emprendedores pueden solicitar a numerosas organizaciones y asociaciones ayuda para financiar su proyecto. Estas ayudas a veces van acompañadas de una propuesta de apoyo que ayuda a estructurar el planteamiento del creador. Las ayudas financieras pueden tener objetivos específicos y concederse en determinadas condiciones. Estas condiciones difieren de un sector a otro y, en ocasiones, de una geolocalización a otra, por lo que hay que investigar sobre los préstamos para nuevas empresas por sectores para hacerse una idea.

Sin embargo, la salud de la empresa, su vida o su muerte estarán condicionadas a otra cosa: su tesorería. Si en cualquier momento de la trayectoria de la empresa se acaba el dinero, entonces todo puede detenerse, aunque el éxito comercial esté en la cita. El escenario catastrófico puede desencadenarse por un solo incidente de pago: cheque rechazado, supresión de líneas de crédito o de descubiertos, degradación de la calificación de la aseguradora de crédito, acortamiento del plazo de pago de los proveedores, aumento del fondo de maniobra, disminución mayor de la tesorería, impago declarado por un acreedor ante un tribunal. Muchos empresarios lo han perdido todo en esta espiral infernal. Sin embargo, todos los socios de la empresa (banco, clientes, proveedores) tienen interés en que vaya bien; el fundador debe esforzarse por comunicarse bien con ellos cuando encuentre dificultades.

El creador debe establecer una organización que permita una buena recepción de sus facturas: solicitud de anticipos, pago anticipado, domiciliación bancaria, suscripción a un seguro de crédito o recobro. Prestará mucha atención al orden público: a veces el Estado no respeta la ley y paga mucho más allá del plazo legal de 60 días, etcétera. Además, a veces es mejor rechazar un pedido que gestionar los cobros.

Si la tesorería escasea, el creador podrá recurrir a un modo de financiación particular: el descubierto. A veces es útil para hacer frente a grandes movimientos de fondos durante el mes. No puede ser un instrumento de financiación a largo plazo. 

El banquero, que probablemente exigirá la garantía solidaria del avalista por el importe del descubierto, puede anular la autorización sin motivo de un día para otro.

Financiar el crecimiento

Cuando el fundador ha superado la fase de rentabilidad, se plantea la cuestión del crecimiento o desarrollo. Éste puede estar vinculado a la innovación, o simplemente a la intensificación de sus actividades. Existen diferentes mecanismos para apoyar este desarrollo.

Si la empresa es innovadora, hay que recurrir al “crédito fiscal-investigación”. Este régimen permite financiar el 30% de los gastos relacionados con la innovación o la investigación. Todavía es desconocido para algunos creadores, pero es inevitable. Durante los 8 primeros años de vida de la empresa, ésta también puede obtener el estatuto de “joven empresa innovadora” si los gastos relacionados con la innovación superan el 15% de sus gastos totales. Este estatuto te permite ahorrar costes e impuestos.

Por último, el fundador también puede obtener subvenciones a partir de la SBA o similares. Éstas suelen ser abonadas por las comunidades; en muchos casos, en apoyo de proyectos que fomentan el empleo y que valoran bien el plan financiero.

Capital riesgo, ¿para qué proyectos?

La financiación que se ha presentado hasta ahora deja al fundador (y posiblemente a su familia) el 100% de las acciones de su empresa. A la inversa, el capital riesgo consiste en que el fundador venda una parte de la empresa, contra una ampliación de capital suscrita por terceros. Generalmente, la participación del inversor es minoritaria, lo que deja el control operativo a los fundadores.

Este tipo de financiación no es adecuado para todos los proyectos. En efecto, si es posible “levantar” cantidades importantes (a partir de 100 mil dólares para los business angels privados, a partir de 1 millón de dólares para las organizaciones de capital riesgo); el problema es la salida del inversor. Este último asume un riesgo muy importante, por lo que exigirá un alto rendimiento de la inversión, en poco tiempo (por ejemplo, tres veces su participación al cabo de 4 años). El desarrollo de la empresa debe ser, por tanto, muy rápido (crecimiento de la actividad superior al 50% anual, por ejemplo). Este puede ser el caso de las empresas que aspiran a ser líderes en nuevos mercados; o que tienen una ventaja competitiva relacionada con la tecnología o la patente.

Además, la “salida” del inversor no puede hacerse durante una IPO, porque este fenómeno casi ha desaparecido; será necesario que el creador compre a un precio elevado las acciones del inversor (pidiendo prestado), o que éste las revenda a un actor del mercado, es decir, a un competidor, lo que puede ir en contra de los intereses del fundador. Por otra parte, si quieres vender tu empresa a un precio elevado, los inversores en su capital te ayudarán en la búsqueda de compradores por un precio de transacción elevado.

Cuidado con otra trampa, porque si la empresa funciona bien, pero menos espectacularmente de lo esperado, el fundador puede perderlo todo. En función del pacto de accionistas, los inversores pueden forzar la venta de la empresa, recuperar preferentemente su apuesta y dejar al fundador por los suelos. El arma del capital riesgo es, por tanto, de doble filo; no sustituye a la financiación bancaria para proyectos de desarrollo más “tradicionales”.

El creador de la empresa se enfrentará al dinero a lo largo de su carrera, incluso si opta por cómo emprender un negocio en casa. Al principio, para reunir los fondos necesarios; en el día a día, para controlar la tesorería; al final, para negociar el traspaso de su empresa. ¿Por qué se crea una empresa? Para la realización personal, para crear algo, para ser tu propio jefe; ¡también por el dinero! El dinero debe ser el aliado del empresario, no su enemigo; debe aprender a utilizarlo como una herramienta, y mantener su independencia. Para ello está el plan financiero.

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