Berkshire Hathaway pierde a su vicepresidente - El adiós a Charlie Munger

El que fuere mano derecha de Warren Buffett y vicepresidente de Berkshire Hathaway, Charlie Munger, ha fallecido a los 99 en un hospital de California, según informó la propia familia.

Munger, quien a pesar de su edad se mantenía en primera línea del negocio junto a Buffet, ayudó a este a levantar todo un imperio empresarial. La relación entre ambos data de 1959, cuando Munger era abogado y Buffett comenzaba dirigir una empresa de inversiones. El tiempo haría que ambos terminasen compartiendo ideas de inversión y estrategias comunes, hasta que finalmente en 1978 accedió a la vicepresidencia de Berkshire Hathaway.

En el comunicado emitido por la propia compañía, Warren Buffet, de 93 años, ha querido dedicar unas palabras de recuerdo y agradecimiento al que fuere uno de sus hombres de máxima confianza y amigo:

“Berkshire Hathaway no podría haber alcanzado su estatus actual sin la inspiración, sabiduría y participación de Charlie”

Ciertamente parece que así fue. Aunque la figura del Oráculo de Omaha es la que más ha trascendido todos estos años, lo cierto es que él mismo ha reconocido que su filosofía de inversión estuvo plenamente condicionada por los consejos de Munger.

La filosofía de inversión de Charlie Munger

En una carta a los inversores publicada en febrero de este mismo año, Warren Buffet estuvo explicando la filosofía de inversión que había aprendido de Charlie Munger con el paso del tiempo. Entre otras, cosas, se incide mucho en la paciencia a la hora de emprender una inversión.

Por supuesto, el trabajo diario y la disciplina son necesarias. Valga el ejemplo de alguien que ha fallecido a los 99 sin haber dejado nunca supervisar el negocio.

Se incide también en el componente ético de cualquier empresa. Un negocio que se valga de engañar a los clientes siempre fracasará, aunque pueda tener éxito en el corto plazo. Precisamente una de las claves de Berkshire Hathaway siempre ha sido la de comprar acciones con visión largo placista.

Otro aspecto que destacaba de Charlie Munger era su animadversión por las carteras excesivamente diversificadas. Él creía que lo procedente era centrarse en un reducido número de empresas de las cuales se conociera el más mínimo detalle. Así se aplicó a lo largo de su vida, y lo llevó a la práctica cuando presidió Wesco Financial Corporation, en donde tuvo sólo 4 acciones invertidas.

Por último, otra patente animadversión de Charlie Munger fue el apalancamiento. Según decía, la necesidad de querer enriquecerse rápidamente llevaba a los inversores a sumar excesivos riesgos a base de deuda. Estos riesgos podrían fácilmente tirar por tierra todos tus resultados previos con una única mala decisión.

El inversor sensato y filántropo

David Clark, abogado, economista y una de las personas que más han escrito sobre Buffett y Munger, escribió hace unos años acerca de éste último en un artículo de MarketWatch. En dicha publicación recogió con cinco frases los puntos más llamativos de lo que el Oráculo de Pasadena había supuesto a la inversión.

“Munger me enseñó cuando era joven que intentar hacerse rico rápidamente es peligroso […] el movimiento en el corto plazo de cualquier valor o derivado está sujeto a todo tipo de giros exagerados debido a acontecimientos que no tienen nada que ver con el valor real en el largo plazo del negocio subyacente”

Quizás el aspecto que más destacó sobre la figura de Charlie Munger fue la sensatez y la prudencia. Según expresó en numerosas ocasiones, mientras la gran mayoría de las personas trataban de ser inteligentes él buscaba no ser estúpido.

“La única cosa con la que Munger tiene que ser cuidadoso es al no hacer nada estúpido, que en su caso suelen ser en gran parte errores por omisión como no actuar cuando ve una inversión, o comprar una posición muy pequeña cuando se presenta la oportunidad. He descubierto que esto es en realidad más difícil de hacer de lo que uno puede pensar”

Por otro lado, la filantropía siempre ha sido un sello distintivo sello distintivo del personaje. Charles Munger destacó, además de por su éxito inversor, por su pasión volcada hacia los demás. Ha sido mecenas de universidades, museos e instituciones benéficas por todo EEUU. Sin ir más lejos, el pasado mes de octubre donó 40 millones de dólares en acciones al museo Henry E Huntington.

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